miércoles, 19 de mayo de 2021

Prosocialidad

La formación de la personalidad es clave. Sin duda, la adquisición de rasgos y cualidades positivas es fundamental para configurar una buena manera de ser, pero ¿cómo sabemos eso? Es seguro que debemos prestar atención a las acciones o cosas que hacemos porque es la evidencia más clara para entender esto. Es con los hechos que podemos comprender cómo funciona alguien dentro de la sociedad o incluso, darnos cuenta cómo funcionamos nosotros dentro de ésta. A este punto llegamos entendiendo que podemos funcionar bien o mal e incluso ser disfuncionales.

El SER implica HACER, es decir acciones. Cada acción tiene su reacción y no necesariamente debe tratarse de algo físico. Quizá Newton no haya sido totalmente conciente de la revelación que estaba teniendo. En el ámbito social las reacciones se determinan como consecuencias. TODO LO QUE HACEMOS TIENE CONSECUENCIAS. Si somos lo que hacemos, el hacer tiene consecuencias, sólo debemos prestar atención a éstas para reflexionar y corregir.

¿Qué es la prosocialidad?

La prosocialidad es una conducta motivada por la empatía y por la preocupación por el bien común. Dos comportamientos, como la empatía y la preocupación por el bien común, se aprenden, se enseñan. No olviden que el ser humano aprende por imitación. Esta conducta beneficia al funcionamiento de grupos, a otras personas que están a tu alrededor y permite alcanzar metas sociales. ¿por qué? Porque involucra a las personas. Permite que cada persona alcance su IDENTIDAD y pueda manifestarse su creatividad e iniciativa sin ser juzgado. Dejamos bien en claro que estamos hablando de parámetros que contemplan la libertad del otro. Entonces, la prosocialidad busca el bien común en una comunidad o sociedad (recuerden que son las relaciones entre las personas) animando a la participación de todos. Si bien esto requiere de liderazgo, no pone al líder en el centro ni arriba (Napoleón, Lenin, el Che, Mao, Hitler, etc.) sino junto a los demás, dando lugar a la participación de todos. Dejo en claro, por los ejemplos citados, que a veces los liderazgos pueden ser negativos, tóxicos e incluso narcisistas.

La prosocialidad suele tener conducta derivadas. La más importante de ellas es la ASERTIVIDAD PROSOCIAL. Esta implica la expresión directa de sentimientos, deseos, necesidades, derechos y opiniones SIN castigar, amenazar, o violentar los derechos de los demás. Esto significa que la prosocialidad podría DISMINUIR LAS INJUSTICIAS SOCIALES. Esta conducta permite la aparición de comportamientos que facilitan las interacciones positivas entre las personas. Seguimos hablando de sinónimos: sociedad, relaciones entre las personas, interacciones positivas, etc. Ahí es cuando aparecen los abrazos, las palabras de aliento, los gestos positivos, la tolerancia, la solidaridad, la igualdad de derechos, etc.

La sociedad es el conjunto de las relaciones humanas. Éstas ocurren en el ambiente humano, el cual está apoyado en el ambiente natural, en donde se desarrollan otros seres vivos. La conducta prosocial podría disminuir las injusticias ambientales del ser humano en el planeta, hacia todas las demás formas de vida. Nuestras diferencias internas, intraespecíficas (de nuestras especie), diferencias sin resolver, producen daño, también, en la naturaleza. ¿Qué ponemos en nuestras relaciones? Algunos ejemplos: lo que compramos, lo que desechamos, nuestras guerras, nuestras religiones, nuestras orientaciones sexuales, nuestras luchas político-sociales, y nuestra actitud. Por más pequeño que sea, un hecho puede traer consecuencias impensadas. Lo prosocial te invita a que PIENSES ANTES DE ACTUAR.

¿Cómo la prosocialidad puede mejorar el ambiente (empezando por el humano)?


1- Al ser una conducta empática, busca la PAZ.

2- Al tener la preocupación por el bien común, se puede crecer, construir, edificar, enseñar, etc.

3- Permite el funcionamiento de grupos. Ya no hay o disminuye la competencia porque asume que cada uno es único e irrepetible.

4- Permite que cada persona alcance el conocimiento de su identidad. Así, cada uno podrá ser persona, es decir, proyectar lo que realmente es. Las conductas se volverán comportamientos y en el momento menos pensado, responderás como corresponde, pertinente a lo que sucede, coherente con el bien común.

5- Aporta conductas que derivan en comportamientos tales como el ALTRUISMO, la COOPERACIÓN, la RECIPROCIDAD, etc. Por esto es importante cuidar y promover conductas como COLABORAR, COMPARTIR, CONSOLAR AL OTRO, ESCUCHAR, y entender que puede pensar diferente que yo.


Actividad


1- ¿En dónde has visto esta conducta?

2- ¿En qué lugares, o situaciones notaste que la prosocialidad está ausente por completo?

3- ¿Creés que la prosocialidad es posible? ¿Identificás en tu personalidad o identidad rasgos prosociales? ¿Dar el ejemplo serviría de algo en esta cuestión?

4- ¿Qué es el bien común?

5- Busca el significado de cada conducta y comportamiento mencionado.

martes, 11 de mayo de 2021

Construcción social de la adolescencia

Los seres humanos estamos formados por tres esferas interconectadas: la esfera biológica, la esfera psicológica y la esfera social. La esfera biológica se refiere a todo lo que ocurre con y en nuestro cuerpo, como los procesos fisiológicos y las necesidades físicas. La esfera psicológica involucra la mente, los pensamientos, los gustos personales, las emociones y la personalidad. Finalmente, la esfera social abarca las relaciones que establecemos con nuestro entorno y con otros seres vivos.

La esfera social es de suma importancia, ya que son nuestras relaciones y las que cada persona establece las que configuran la sociedad. Un ser humano aislado, sin vínculos ni comunicación con otros, no es nada (aunque todos sabemos del potencial que todas las personas tenemos). Pero cuando establecemos conexiones a través de cartas, mensajes, llamadas o reuniones, incluso a distancia, esas personas pasan a ser miembros de una sociedad, en este caso una comunidad científica.

La forma en que nos relacionamos y nos desenvolvemos en la sociedad es clave, ya que pone en juego nuestro cuerpo y nuestra mente, configurando nuestra personalidad y nuestra manera de ser. Es un proceso de ensayo y error, donde a veces lo hacemos bien y otras veces nos sentimos abrumados. Sin embargo, se ha demostrado que aislarse de la sociedad no es la solución, sino que crecer implica relacionarse e interactuar. Es en la interacción donde descubrimos quiénes somos, nuestras cualidades y aquello que nos hace únicos.

La frase "somos lo que hacemos" cobra sentido cuando alguien lo percibe y reconoce. A menudo debemos demostrar y acreditar lo que somos, ya que en la sociedad importa mucho la forma en que funcionalas. Esto se refleja en tu cuerpo, en tu apariencia, en tus gustos, en tus decisiones y en tus creencias. Pero lo que marca la diferencia es tu actitud, la cual determina la manera en que actúas.

Es importante reflexionar sobre los rasgos y cualidades que conforman tu personalidad, y sobre aquellos que te gustaría desarrollar. Algunas características positivas pueden ser la honestidad, la esperanza, la sinceridad, la paciencia, la flexibilidad y la empatía. Por el contrario, algunas características negativas pueden ser la deshonestidad, la rudeza, la hipocresía, la falta de disciplina y el egoísmo.


Características de las buenas

Características de las malas

Honestidad

Sencillez

Deshonestidad

Rudeza en el trato

Esperanza

Valor

Hipocresía

Autoritarismo

Sinceridad

discreción

Inflexibilidad

Irresponsabilidad

Paciencia

Solidaridad

Desenfreno o descontrol emocional

Procastinación

Flexibilidad

Higiene

Deslealtad

Cobardía

Bondad

Responsabilidad

Crueldad

Arrogancia

Empatía

Disciplina

Falta de empatía

Indiscreción

Generosidad

Proactividad

Indisciplina

Egoísmo

Respeto

Tenacidad

Avaricia y mezquindad

Desorden

Tolerancia

Puntualidad

Desesperanza o pesimismo

Descuido

Templanza

Diligencia

Resentimiento o intolerancia

Inconstancia

Fidelidad o lealtad

Compasión

Reactividad

Egocentrismo

Humildad


Impuntualidad

Impaciencia

Afabilidad


Falta de higiene

Soberbia

Prudencia


Imprudencia


Funcionar en la sociedad implica SER, es decir, desarrollar un conjunto de cualidades y rasgos de personalidad. Ese SER se manifiesta a través del HACER, es decir, las acciones que llevamos a cabo y que tienen consecuencias. Prestar atención a esas consecuencias nos permite construir socialmente quiénes somos.

Actividades

1 ¿Cómo defino y diferencio las esferas biológica, psicológica y social que conforman mi ser?

2 ¿Qué papel juegan mis relaciones y vínculos sociales en la construcción de mi identidad?

3 ¿Qué acciones o comportamientos míos han sido clave para establecer y mantener conexiones significativas con los demás?

4 ¿Qué rasgos de mi personalidad considero fortalezas y cuáles son áreas de oportunidad para mejorar?

5 ¿Cómo afecta mi actitud y forma de relacionarme la imagen que proyecto a los demás?

6 ¿Qué experiencias de éxito o fracaso en mis interacciones sociales me han enseñado más sobre mí mismo?

7 ¿Qué pasos puedo dar para desarrollar una mayor conciencia sobre cómo mi SER se traduce en mi HACER en la sociedad?

8 ¿Cuáles son las consecuencias, tanto positivas como negativas, que he observado a partir de mis acciones e interacciones sociales?

9 ¿Cómo puedo aprovechar mejor mi habilidad de adaptarme y ajustarme a diferentes contextos sociales?

10 ¿Qué significa para mí "construir socialmente mi identidad" y cómo puedo ser más proactivo/a en este proceso?